Valparaíso

"El amor a Valparaíso es amor por lo real. Bajo el Cerro Larraín y una madre con su hijo con retardo mental van subiendo el cerro. Felices saludan a los vecinos, a los colectivos, sonrisas hay en las caras de todos. Y así voy caminando a la playa Willright, al pasar la línea del tren un caballero me vende calendarios con fotos de Valparaíso, le digo “porqué no se va a la otra esquina? Allá pasa más gente, puede vender más”. Me responde con la cara llena de risa que ahí lo dejaron ciego de un ojo cuando le pegó una pandilla de asaltantes. Me acerco a la playa, que volvió con las marejadas.Va una de niña de 8 años corriendo de pura alegría con su vestido rosado. Le comentó a la mamá y la abuela “Volvió la playa! Que alegría!” Me responden “la niña no había ido a la playa en todo el verano, hoy es el único día que viene y el lunes entra a clases.” Le digo “yo estoy igual de feliz que ella!” Al volver de la playa por la costanera, viene una familia con un niño en silla de ruedas, con las piernas cruzadas a lo indio de manera crónica. Todos muy contentos de estar a la orilla del mar, ríen. Pienso tanto que sufrimos con tan poco, y hay tantos que son tan felices con menos. Se me llena el alma de felicidad por existir." Magali Auters.