miércoles, noviembre 05, 2014

Papá

Me gusta llamarte Ramón, porque es un nombre fuerte y sencillo como tú Gracias por enseñarme a gozar la vida Con tu risa fuerte me haces recordar que estamos aquí de paso Que la vida es un regalo, una aventura Que cada día hay que apreciarlo como si fuera el último Me enseñaste a creer en mí, a no tenerle miedo a nada, a reflexionar, a observar antes de actuar Pero lo que más agradezco es que me enseñaste a perdonar Con tus propios errores entendí que el ser humano no es perfecto Hoy me enseñas además a tenerte paciencia Como si volvieras a ser un niño Me enseñas a amar mi quehacer como aprendiste de tu padre te levantas muy temprano de lunes a domingo ideando nuevos proyectos Me explicas acerca de la fragilidad de las cosas “La vida es un lugar lleno de vicisitud e incertidumbre” No decías siempre para entender la vida Nos educaste con sencillez “para que quieres zapatillas, el mejor atleta de mi curso corría a pata pela” recién el 2016 me enteré que fuiste aceptado en Harvard y que lo rechazaste porque tu país te necesitaba para trabajar en la reforma agraria de Frei el bueno, Me explicaste así acerca del deseo para apasionarse por lo que uno quiere hacer, Lo que llamas “el buen gusto del pobre” Siempre has admirado la felicidad de las personas humildes En el fondo eres un gozador del presente, alguien una vez me dijo tu papá tiene la filosofía del “aquí y ahora” La Pistu te regaló” Si pudiera vivir nuevamente” de Borges Y tú le dijiste que no podías disfrutar más la vida de lo que ya has hecho Dijiste que morirías a los 70 años Yo espero que vivas mucho más y que sigas siendo muy feliz Siempre inventando nuevos proyectos reales e imaginarios Te quiero mucho, La Cosa.

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