Pastel de Choclo

Y era el maíz y sus mazorcas al viento del valle andino.

Alegres por tincada y por el lado luminoso,salta la trucha en el río.

Recogidas con manos morenas y llevados a la cocina del tambo.

Al llegar sonaban músicas suaves y el olor al sofrito de cebolla

daba que pensar a cada uno que olía,o escuchaba o leía.

A fines de este Junio se vuelve a levantar el padre Sol.

Fiesta pues para celebrar tan magnífica ilusión.

Habían Chaskis que trajeron aceitunas de azapa

y unos Yatiris le dieron a las abuelas, los huevos

de los patos de bofedal, libres en el presente de la fiesta y el rito.

Bailan en estos sures sudados del mundo.

Desnudas dejaban las mazorcas las manos

Yayas mías llorando y riendo mientras caían

las lágrimas azules en la gran vasija muda.

Una fría anochecida acurrucados en la memorias nuestras.

Se escucha un salud x muchos años,

en una esquina de esta Quinta de Recreo:

Corazones y respiraciones.

Suspiros,carcajadas, conversaciones y llantos.

En uno de los Jaiveros y Teillierianos patios Romerinos.

Y se corta en pedacitos, carne de Llama

un poco de presente, garúa de merken.

Y antes de servir un rato fresco de cilantro.

Se escuchan ladrar los perros.

Vientos andantíssimos entre choclos

bordando la tardentra.

Los humos de los encuentros iban a dar a las nubes

que se ponían a llorar y entonces las cofradías

cuchareaban lentamente de la greda, bajo techo.

El gusto de los choclos y sofritos, en los valles Paladaricos.

En el centro el fuego y el ronroneo de las Abuelas.

Los Abuelos cantando y a las afueras lloviendo a mares

x los tambos y las rukas andinias.

La lluvia fue amainando,otearon luces en los charcos

a veces en silencio estaban ahí no+Celebraban

un rito que se come.

Tbn se escuchaba el no hables

con la boca llena y la gotera del comedor

acompañaba el reloj del pájaro de la hora.

Y al entrar a su hogar ver volar a la luciérnagas

del mojado abrigo a la vieja radio.

La gata Bonbon quieta mira al lector.

Se sirve en redonda vasija de greda

y cuchara de alerce de las guaytecas.

Y hay vino ahumado del lejano Maule.

Se respira algarabía Orillera

por el día del pastel de Choclo

más sabroso del mundo.

Jordi  Lloret