Educo el caballo de la mente con delicadeza y determinación.
Tomo con suavidad las riendas y aprendo a llevar los pensamientos de la manera más conveniente a mis propósitos.
Me detengo cuantas veces sea necesario para distinguir hacia dónde me dirijo. Nunca se trata de llegar antes, sino de llegar bien.
Con madurez Brahma Kumaris |
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